viernes, 28 de abril de 2017

El silencio...de una mujer de paja

La mujer de paja ve como la lluvia la va mojando y destruyendo, las gotas de agua fría que caen del cielo, con fuerza y otras veces con besos, van desquebrajando su débil cuerpo. La mujer de paja se siente destruida, y feliz, no entiende por qué sus congéneres le tienen tanto miedo al agua, al viento, a morir en definitivo. 
El miedo a ser siempre una mujer de paja es mas grande que a morir, da gracias por esa lluvia, que la va destrozando, que va minando, y tronchando lo que es. 
Esa mujer de paja, hecha a mano, con alegría y esperanza para que proteja la siembra, lo sembrado por otros, se cansó de ser el nido de los pájaros, de ver como su frágil fachada de mujer de paja, no servia para nada, por que en realidad ella no quería proteger, quería que la protegieran a ella, acurrucarse en el nido de pájaro recién nacido y con su calor echar a volar y no estar allí quieta e inerte, sin fruto y con una labor mientras los demás siembran, ella asusta y eso no lo quiere.
Ahora, vieja, rota, mojada, quebradiza, es feliz, pero está triste. De nada sirvió todo su esfuerzo, de nada sirvió, todo en lo que que creyó, porque la han utilizado y utilizan hasta que caiga al suelo, para algo que ella nunca quiso servir, ella quería ser un pájaro,  y volar y ahora en el dia gris de su marcha lluviosa va cerrando los  ojos, va sitiándose despedazar, como el peso del agua, la va rompiendo y sonríe, Ahora seré pájaro.

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